

Te invito bajo mis sábanas.
A lamernos hasta el calambre.
A ahogarnos en lo sofocante.
A jugar a Hacer el amor.
A mirarte y no verte,
y entonces animarme a susurrarte entre besos de lengua
que quiero que seas mi marido. De mentirita.
"La silla se apartó, para que me siente. Crucé las piernas: la derecha sobre la izquierda prolijamente tapaban mi entrepierna. Afirme mis manos, para saber que había despertado y seguía ilusa del sueño de que una promesa se haga mar. Con los sentidos agudizados, la sombra se hizo espera. Yo era sombra. Yo soy espera."
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