

Domingo. Mañana es domingo.
No me atiende, Julián no atiende. ¿Estará ocupado? Me va a atender el contestador, mejor corto. Un tono más. “Usted se ha comunicado con la casilla de correo del numero..” La puta.
Llegue a casa, por fin.
"La silla se apartó, para que me siente. Crucé las piernas: la derecha sobre la izquierda prolijamente tapaban mi entrepierna. Afirme mis manos, para saber que había despertado y seguía ilusa del sueño de que una promesa se haga mar. Con los sentidos agudizados, la sombra se hizo espera. Yo era sombra. Yo soy espera."
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